
¡¡DEJAZME DESCANSAR EN PAZ!!

CRIMEN en la NOCHE


UN ROSTRO DIABOLICO EN EL ESPEJO


La Bruma
Primero había escuchado los gritos desgarradores que perturbaron los resquicios del silencio que se había adueñado en aquel tenebroso escenario y después extraños sonidos que no pudo identificar. La niña nunca supo que sus dos hermanos habían encontrado la muerte a escasos metros...
Los minutos iban pasando y la oscuridad poco a poco fue gobernando el lugar mientras el frío de la noche se introducía en los huesos de aquella pequeña niña.
Convertida en un ovillo, sola e indefensa, lloriqueaba asustada sin atreverse a pronunciar los nombres de sus hermanos que tardaban en regresar.
Comenzó a escuchar un ruido leve, lejano y alzó la cabeza para observar con atención, pero las sombras le impidieron discernir la fuente de aquel sonido que parecía acercarse lentamente, sin prisa.
La niña pegó la espalda al muro del cementerio comprendiendo que fuera lo que fuere se estaba moviendo, que se aproximaba haci

El sonido no dejaba de producirse, la pequeña de manera instintiva miró hacia el suelo teniendo la certeza de que algo de considerables dimensiones se estaba arrastrando, acercándose hacia sus pies. Nada pudo ver.
De repente los misteriosos sonidos cesaron y ella se levantó al percibir una neblina que se estaba formando delante de tus propios ojos. Al principio era tenue pero poco a poco fue adquiriendo una espesa tonalidad grisácea que se erguía aproximándose al compás de una suave brisa que hasta el momento la niña no había percibido.
Se acercaba. La misteriosa niebla se aproximaba con lentitud mientras la niña abría los ojos aterrorizada. Pronto se vio rodeaba de aquella sustancia gris, sintió el frío en cada poro de su piel y escuchó susurros y lejanas voces que parecían pronunciar su nombre, como un macabro coro que pretendía atemorizarla.
La niña gritó horrorizada al notar lo que creyó que eran dedos y manos calientes que la tocaban los brazos y las piernas para finalmente agarrarla fuertemente. Ya no podía moverse.
Vio algo tras la misteriosa niebla que la había rodeado, algo que la estremeció. Después… ella ya no estaba allí. Ahora sólo el silencio y la soledad se habían adueñado del lugar, mientras una misteriosa bruma se alejaba lentamente hasta perderse más allá del horizonte, en el más absoluto misterio.
VOCES EN MI CABEZA
Como mis manos.
Observé durante breves instantes el cuerpo que yacía a pocos metros de mí. Cerré los ojos al sobrecogerme ante la expresión de terror que el cadáver manifestaba. Me arrodillé y llevé las manos a mi cara, intentado ocultar mi profundo arrepentimiento. ¡La había matado!. Le clavé el cuchillo en su pecho varias veces, hundiendo la hoja hasta su pequeña empuñadura. La había destrozado por completo. Lo hice. Sí.
Con rabia. Con desesperación.
No fui yo. Las voces me obligaron a ello. Esa es la verdad. La terrible verdad. Llevaba varios días oyéndolas dentro de mi cabeza. Al principio eran pequeños murmullos, palabras sueltas, pero pronto comprendí que aquellas voces me hablaban a mí. Sólo yo podía oírlas.
Me insultaban. Se burlaban de mí. Me amenazaban de muerte. Ellas me instigaron, me indujeron a cometer el atroz crimen. ¡¡No podía soportarlo!!
Sonaban en mi interior cada día, cada noche. Apenas me permitían dormir, no podía vivir. Resonaban en mi mente y estallaban como bombas que me angustiaban. Estaba atormentado. Desquiciado.
Ellas me propusieron acabar con la vida de mi vecina. Me indicaron el lugar, escogieron el día. Me dieron la fuerza. ¡¡No pude resistirme!!
Aquellas diabólicas voces me aseguraron que si hacia lo que me decían se marcharían, me abandonarían. Intenté resistirme pero la tortura a la que era sometido fue más poderosa. ¡Quería tranquilidad!. ¡¡La necesitaba!!
Sólo había una forma de conseguirla y mientras las voces golpeaban mi cabeza con sus burlas, sus gritos, con sus amenazas y desprecios...lo hice. No lo dudé en ningún momento. ¡Le clavé el cuchillo! ¡Una vez! ¡Y otra! ¡Y otra más!.
Intentó zafarse. Escapar del horror pero nada pudo hacer salvo agitarse vanamente. Cuando dejó de moverse, cuando encontró la muerte… las voces desaparecieron por completo. La tranquilidad, la calma, se adueñaron de mí…
¡¡Dios mio!!, he tenido un sueño horrible. Ha sido muy angustioso. En él asesinaba a una mujer con un pequeño cuchillo. Ha sido terrible. Necesito un trago. Voy a levantarme de la cama pero…, ¿qué es esto que tengo en mis manos?. ¡¡¡Sangre!!!. Estoy cubierto de sangre. Gritó asustado al darme cuenta que a mi lado yace muerta mi mujer, con un cuchillo clavado en la garganta… ¡Es atroz!. Pero algo ha cambiado, algo es ahora distinto… ...ya no escucho ninguna voz. Estoy… tranquilo.